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martes, 17 de diciembre de 2019

A propósito de Guy Standing. La justicia española reconoce la condición de trabajadores por cuenta ajena a los repartidores de GLOVO





A propósito de Guy Standing. La justicia española reconoce la condición de trabajador por cuenta ajena  a un repartidor de GLOVO

En la actualidad estamos asistiendo al auge de los servicios a la carta (economía bajo demanda) contratados a través de Internet; estos servicios son ejecutados por personas que operan a través  de plataformas digitales propiedad de empresas que consideran a los prestadores de  servicios como profesionales independientes y, por ello, se eximen de pagar las correspondientes cuotas sociales e impuestos.

Desde el  punto de vista económico, las empresas que están detrás de las plataformas de servicios pueden ser consideradas “intermediarios de trabajo en línea”.

Los sectores que abarca la economía bajo demanda son múltiples; desde prestación de servicios de arreglos en viviendas a arrendamientos de inmuebles, servicios de diagnóstico clínico, enseñanza  o transporte de mercancías y personas.

En sentencia dictada el pasado 27 de noviembre (recurso de suplicación nº 588/2019, ponente D. Juan Miguel Torres Andrés), el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha reconocido la condición de trabajador por cuenta ajena a un repartidor de GLOVOAPP23, S.L., (en adelante, GLOVO) empresa dedicada a la intermediación de servicios de transporte y entrega de mercancías (principalmente, comidas elaboradas).
 

Curiosamente, muchos de los puntos de la sentencia que fundamentan el reconocimiento del vínculo laboral entre empresa y repartidor se vislumbran en el  libro “La corrupción del capitalismo” del profesor Guy Standing, dedicado a analizar este nuevo fenómeno que considera digno de prestarle atención de forma prioritaria toda vez que la explotación laboral de los empleados en este tipo de tareas pueden amenzar, presionando a la baja, los salarios y condiciones laborales del resto de trabajadores, especialmente lo que él denomina "precariado".
 
Veámoslo con sus propias palabras:

“(…) Los salarios y las plusvalías del trabajo retribuido están disminuyendo. En cambio, los intermediarios de trabajo en línea están obteniendo enormes ingresos rentistas. Aunque aún no representan ni de lejos la mayoría de las relaciones laborales, su crecimiento y capacidad potencial de presionar a la baja salarios y condiciones de trabajo hacen que resulte esencial prestarles atención de forma prioritaria.
(…) La economía bajo demanda exige nuevas formas de regulación y protección social para compensar los crecientes desequilibrios y desigualdades. (…) El popular término freelancer (trabajador por cuenta propia) resulta inapropiado porque carece de las libertades asociadas con la condición de vendedor independiente de servicios.
Cuando los realizadores de tareas son contratistas  que trabajan principalmente para una empresa cuyas reglas y estándares están obligados a cumplir hay argumentos para considerarlos empleados, como falló la corte de apelaciones de California en el cso de los conductores de FedEx. (…)
Los intermediarios en línea evitan pagar impuestos sobre las nóminas en el caso de los realizadores de tareas y no aportan los complementos no salariales que supuestamente han de percibir los empleados, incluidos los equipamentos necesarios para desempeñar su trabajo, vacaciones pagadas, contribuciones de la compañía a su jubilación y en EE.UU, seguro médico. Por su papel de mediación, los intermediarios reciben habitualmente el 20% de las ganancias. Están viviendo del público de forma oportunista, puesto que los realizadores de tareas que pasen malos momentos necesitarán ayudas estatales para las que los intermediarios no cotizan nada. (…)
Los intermediarios deberían asimismo proporcionar cobertura de seguros (incluyendo contra accidentes) para los realizadores de tareas mientras estén efectuando un trabajo contratado a través de su plataforma. Si esto es “economía colaborativa”, como afirman sus defensores, habría que compartir los costes tanto como los beneficios. (…)
Las plataformas ven en un sello de confianza del consumidor una forma de animar a la gente a recurrir a sus servicios. Pero si pueden establecer estándares para los consumidores, también deberían poderse fijar para el tratamiento de los realizadores de tareas. Habría que elaborar códigos de ética y de buenas prácticas con la participación de los realizadores de tareas. Estos deberían incluir la exigencia de contratos por escrito entre intermediario y realizador de tareas, el reconocimiento del derecho de los realizadores de tareas a conocer (y corregir) la información sobre ellos en poder del intermediario, la prohibición de incluir en listas negras a los realizadores de tareas que se quejan o presentan demandas solicitando indemnizaciones, así como restricciones legales al uso de las valoraciones de los usuarios. Los intermediarios laborales deberían asimismo garantizar el pronto pago a los realizadores de las tareas contratadas. (…)
Hay una práctica abusiva que requiere una respuesta especial. Algunas plataformas como Innocentive (solución de problemas de investigación para empresas) y Tongal (una rede de realizadores de videos), otorgan modestos premios a los realizadores de tareas que proponen ideas comercialmente viables. Esto les permite a las empresas adquirir esas ideas por una fracción de su valor. Las regulaciones deberían garantizar que los realizadores de tareas reciban una parte justa de cualquier flujo continuado de ingresos derivados de sus ideas”. (…)

En esta línea se enmarca la sentencia que comentamos que, con extensos argumentos jurídicos, reconoce la condición de trabajador por cuenta ajena de un repartidor de GLOVO, siendo sus principales argumentos los siguientes:

-La determinación de la existencia de una relación laboral debe guiarse por los hechos relativos al trabajo que realmente se desempeña, y no por la descripción de las partes de la relación entre las mismas (GLOVO calificaba al mensajero como “profesional independiente” sujeto al régimen regulado para el  Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente o TRADE)

-La afiliación al Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores Autónomos o por cuenta propia (RETA), el cobro de sus retribuciones por medio de facturas que incluyen el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) o la obligación de suscribir una póliza de seguro de responsabilidad civil carecen de trascendencia para determinar la ajenidad de  la relación contractual  toda vez que, como proclama el Tribunal Supremo en su Sentencia de 11 de febrero de 2015 (recurso nº 2.353/13), la forma de pagar el salario -contra factura con IVA- y la exigencia de que el trabajador se dé de alta en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) “no son más que elementos tradicionalmente característicos del fraude simulatorio y a los que la jurisprudencia de esta Sala, tan antigua y reiterada que ni hay que citar, ha desprovisto de todo valor definitorio”. Además, el que las facturas se girasen a nombre del mensajero, pero fueran confeccionadas materialmente por GLOVO, “es dato altamente revelador de la falta de medios materiales e infraestructura de que aquél dispone, al igual que de su escasa capacidad de organizarse con criterios propios”.

- La percepción de un precio por cada encargo realizado en atención a las tarifas fijadas de manera unilateral por la empresa es también una forma de salario por unidad de obra de las previstas en el artículo 26 del Estatuto de los Trabajadores. El hecho de que su cobro dependa de la materialización final del pedido no priva de virtualidad al carácter personal, directo y retribuido de la prestación de servicios laborales.

-Se constata la ajenidad de la relación en cuanto a la percepción por la empresa de los frutos logrados por los servicios del mensajero. El trabajo desarrollado por él redunda en beneficio de GlovoApp23, S.L. (GLOVO), quien hizo suyos los frutos del mismo. Es la empresa quien acuerda con los distintos establecimientos y comercios concertados los precios que éstos le abonan y, asimismo, la que fija unilateralmente las tarifas que el repartidor lucra por los recados que efectúa, incluidas las sumas adicionales por kilometraje y tiempo de espera, en cuyo establecimiento aquél no tiene la más mínima participación.

-En cuanto a la ajenidad en los medios, la sentencia expone que su presencia en este caso resulta inobjetable, bastando comparar, de un lado, la enorme importancia económica de la plataforma digital propiedad de GLOVO que representa su marca como seña de identidad en el mercado y constituye, a su vez, su herramienta esencial de funcionamiento a través de distintas aplicaciones informáticas y, de otro, los escasos elementos materiales, a su vez de limitado valor, que el demandante aporta, consistentes en un teléfono móvil con el que entrar en la aplicación y una motocicleta. Abunda, además, en dicha ajenidad la elaboración por la empresa de las facturas que gira el repartidor a su nombre.

Además,  sin la plataforma digital de la empresa sería ilusoria la prestación de servicios por el recadero, quien carece de cualquier control sobre la información facilitada a dicha herramienta, cuya programación mediante algoritmos le es ajena por completo.

Igualmente, también se incide en las bolsas o cajas que el trabajador porta para trasportar los productos en las que figura siempre el logotipo, nombre y colores de la demandada, lo que contribuye a aumentar su reputación digital. 

-Por lo que se refiere a la ajenidad en los riesgos, se estima que tal nota también concurre sin que el hecho de no cobrar por el servicio si éste no llega a materializarse a satisfacción del cliente la afecte ya que ello no es sino consecuencia obligada de la tipología de retribución por unidad de obra que las partes pactaron, sin que ello suponga responder de su buen fin asumiendo el riesgo y ventura del mismo. Tampoco desnaturaliza el carácter laboral ordinario del nexo contractual que une a los litigantes la obligación consistente en responder frente al cliente final por “los daños o pérdidas que pudieran sufrir los productos o mercancías durante el transporte”, compromiso que, sin perjuicio de su carácter más bien retórico, resulta plenamente compatible con el trabajo asalariado al no representar sino una manifestación de los deberes previstos, entre otros, en los párrafos a) y c) del artículo 5 del Estatuto de los Trabajadores.

-En cuanto a la nota de dependencia, la misma se da cita igualmente en el presente caso, por cuanto se colige que el recurrente prestó sus servicios dentro del ámbito de organización y dirección de la empresa. Ésta es la titular de la plataforma digital y sus aplicaciones informáticas que entrañan el elemento fundamental que permite el trabajo del actor como recadero, con cuya realización el mismo contribuye a afianzar en el mercado digital la marca de GlovoApp23, S.L. (GLOVO), quien de este modo se nutre de los ingresos económicos que obtiene, servicios aquéllos por los que el demandante cobra un precio por cada recado que efectúa en cuya fijación no tiene participación alguna, siendo, en cambio, la parte demandada quien unilateralmente decide su importe, al igual que el precio de los servicios que ofrece a los clientes finales en función de numerosas circunstancias, tales como el día de la semana de que se trate, si es festivo o no, la hora del día en que se haga el pedido, las inclemencias del tiempo, el volumen de la demanda, entre otras, variables que el algoritmo se encarga de procesar en atención a los datos facilitados. A su vez, quien hoy recurre debe atenerse estrictamente a las instrucciones que le imparte la citada mercantil en lo que toca a la forma en que tiene que llevar a cabo su prestación, la cual ha de completar como máximo en 60 minutos. 

Además la empresa, merced al sistema de geolocalización instalado, ejerce un control efectivo y continuo sobre la actividad que el mismo desempeña. Resaltar, asimismo, la evaluación a la que diariamente se ve sometido el recadero. En suma, no es posible hablar de auto-organización, sino de prestación de servicios hetero-organizados y dirigidos por la empresa que los recibe y se beneficia de ellos.

Por ello, afirmaciones tales como que el recurrente goza de libertad de horario e, incluso, puede rechazar libremente un encargo que le haya sido asignado por la aplicación informática, han de valorarse desde la relatividad que resulta de las condiciones reales que la empresa le impone para su prestación de servicios como repartidor. Es ella quien decide cuándo abre la aplicación en función de la demanda prevista y, por supuesto, según lo que el algoritmo haya establecido, y la alegada libertad de elegir determinada franja horaria queda notablemente matizada por el hecho de que sólo puede hacerlo dentro de aquéllas a las que tiene acceso en atención a la puntuación asignada.

De igual modo, el rechazo de un servicio puede que no esté penalizado directamente, mas sí de forma refleja, ya que ello supone que su valoración –excelencia- disminuya y, por tanto, la imposibilidad de acceder a las franjas horarias mejores y más ventajosas no sólo por razones de comodidad, sino, sobre todo, por la calidad y número de encargos a efectuar.

Por lo que se refiere a la facultad disciplinaria de la empresa, se expone que el trabajador tampoco aparece sometido materialmente al poder disciplinario de la empresa, pero no hay duda que muchas de las causas adicionales de resolución justificada del contrato de TRADE (Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente) que la cláusula octava del contrato suscrito por las partes contempla se asemejan en gran medida a una sujeción de esta naturaleza o, cuando menos, a la posibilidad de reproche por la demandada que es susceptible, incluso, de determinar la extinción contractual.  

Ver sentencia completa aquí

lunes, 9 de abril de 2018

Más allá del feminismo. Camille Paglia, la feminista a la que odian las feministas

 
La escritora Camille Paglia. MARCELLO MENCARINI

Entrevista de Emila Landaluce a Camille Paglia publicada en El Mundo



Camille Paglia: "Sin el hombre, la mujer nunca hubiera salido de la cueva"


  •  Algunas feministas la comparan con Hitler, pero a la pionera en temas de la mujer y autora superventas no le importa ser polémica. Publica 'Feminismo pasado y presente' (Ed. Turner)
  • "El feminismo se ha centrado en la retórica antimasculina en lugar de en el significado de la vida", sostiene una intelectual tan respetada como controvertida
  • “El feminismo ha conseguido envenenar la atmósfera cultural con su aversión a lo masculino”



Algunos presentan a Camille Paglia (Nueva York, 1947) como la feminista a la que odian las feministas. Natural. La escritora y profesora de Humanidades de la Universidad de las Artes de Filadelfia huye de lo políticamente correcto. «Creo en las mujeres fuertes que se protegen solas, no en las que corren a refugiarse en un comité», afirma en esta entrevista exclusiva.

Atea, lesbiana y siempre libertaria, admiradora de Almodóvar y crítica con el ultrafeminismo de series como Girls -llamó a su creadora «neurótica»-, ahora publica Feminismo pasado y presente (Ed. Turner). A su juicio, el famoso patriarcado que, según el feminismo, es responsable de todos los males de este mundo, no existe. Y a partir de ahí... 

P. El pasado 8 de marzo, miles de españolas salieron a la calle.
R. ¿Ah sí? ¿Por qué motivo?



P. Por muchos. Se habla de la brecha salarial, de...

R. No sé cómo es en España, pero en EEUU desde Kennedy, por ley, se tiene que pagar lo mismo a un hombre y a una mujer si hacen el mismo trabajo.



P. Tenemos la misma ley en España desde 1980.

R. Mire, yo soy una feminista igualitaria. Eso es que exijo un trato equitativo para hombres y mujeres en todos los ámbitos. Y si una mujer hace el mismo trabajo que un hombre, le tienen que pagar lo mismo. Sin embargo, ahora las feministas se apoyan en no sé cuántas estadísticas para afirmar que las mujeres en general ganan menos que los hombres. Pero esos gráficos son fácilmente rebatibles. Las mujeres suelen elegir trabajos más flexibles (y, por lo tanto, peor pagados) para poder dedicarse a sus familias. También prefieren los trabajos que son limpios, ordenados, seguros. Los que son sucios y peligrosos se los suelen endosar a los hombres, que también suelen estar más presentes en áreas más comerciales. Tienen una vida mucho más desordenada pero eso, por supuesto, se remunera.



P. En España la brecha empieza con el nacimiento del primer hijo.

R. Lo que es evidente es que las mujeres tienen también derecho a elegir diferentes caminos. Y a lo mejor para muchas mujeres el trabajo no es tan importante.



P. Para otras mujeres sí que lo es.

R. Pero hay otras muchas que prefieren un trabajo más flexible para pasar más tiempo con sus hijos y no dejarlos al cuidado de extraños. El problema del feminismo es que no representa a un amplísimo sector de las mujeres. Por eso se ha centrado en la ideología y en la retórica antimasculina en lugar de hacerlo en el análisis objetivo de los datos, de la psicología humana y el significado de la vida. No creo que la carrera laboral deba ser lo más importante de la vida de una persona. Si permites que tu trabajo defina tu personalidad, es que eres un enfermo. La vida humana está dividida en la vida privada y en la pública. Y es muy importante desarrollar la vida familiar, afectiva... Centrarse sólo en la vida pública puede ser propio de personalidades distorsionadas. Por eso las nuevas generaciones en EEUU se atiborran de antidepresivos. Identifican la vida con el trabajo y eso sólo te puede hacer sentir miserable.



Leer la entrevista completa aquí

sábado, 10 de febrero de 2018

"El lenguaje lo sufre todo", artículo de Álex Grijelmo

 

 

Fuente: El País
Autor: Alex Grijelmo*

Da la sensación de que ciertos partidos están señalando tanto lo que desean, que acaban concentrados en su propio dedo

La lengua española lleva mucho tiempo siendo torturada por la política, para ver si así confiesa sus culpas. La Constitución ya forzó el término “nacionalidades” en aras del consenso; pero nadie dice “este año ha nevado mucho en mi nacionalidad”. A eso se unió la bienintencionada decisión de suprimir del castellano los topónimos tradicionales de Cataluña (ojo: los tradicionales, no los inventados por el franquismo), y decimos “Girona” y “Lleida” mientras los catalanohablantes siguen mencionando, legítimamente, “Saragossa”, “Lleó”, “Conca”, “Terol”… Los eufemismos se suman a esa tortura; y a ellos se añaden, con opuesta voluntad, las duplicaciones de género o la conversión de epicenos en femeninos (ahora “portavoces y portavozas”).

La solidaridad al contemplar los problemas de la mujer lleva a muchos ciudadanos a decir “la jueza” y “las juezas”. Esa a que marca el femenino no añade información, pero denota la intención ideológica de fondo; y es comprensible.

Esta corriente, por cierto, ha mostrado gran interés en “jueza” o “concejala”, pero ninguno en otros femeninos igualmente posibles, como “corresponsala”, “estudianta” o “ujiera”; al tiempo que desdeña las duplicaciones de las que sí dispone el idioma, como “poeta” y “poetisa”, pues se pretende unificar en “poeta” las dos alternativas y usar una sola forma para los dos géneros, justo lo contrario de lo que pasa con “juez” y “jueza”.

La insistente campaña duplicadora ha contribuido, sí, a formar una conciencia general. Pero incluso las más exitosas campañas publicitarias caducan algún día y son retiradas para no cansar al público y resultar contraproducentes. De hecho, la machacona duplicación del género (si fuera esporádica y más simbólica en un discurso se digeriría mejor) agota seguramente a muchas personas, y tal vez les hace pensar si no se atenta ya contra su inteligencia cuando alguien dice “los diputados y las diputadas de mi grupo”; porque todos los españoles saben que los grupos están formados por diputados y diputadas, y la duplicación parece decirles que no se han enterado.

Del mismo modo, la frase “fui a una boda y no dejé de gritar vivan los novios” activa de inmediato la imagen de un hombre y una mujer que se casan, pero ahí sí sería necesario advertir de que los contrayentes eran por ejemplo un novio… y un novio. No se puede pensar en la aplicación de la lengua sin reflexionar también sobre cómo los contextos compartidos (y cambiantes) influyen en los mensajes.

Ciertos partidos hacen tanto hincapié en el léxico que, a fuerza de mirar el escaparate de su lenguaje, olvidamos lo que se debería despachar en su mostrador: leyes que mejoren la vida de las mujeres y anulen la brecha salarial, dotaciones contra la desigualdad, más servicios sociales...

Ésas son las iniciativas que hacen falta. Ahora bien, requieren capacidad de pacto entre fuerzas afines que puedan formar mayorías para sacar adelante las soluciones. Pero da la sensación de que esos partidos están señalando tanto lo que desean, que acaban concentrados, ellos mismos, en su propio dedo.

*Alex Grijelmo, vocal en la Comisión de Modernización del Lenguaje Jurídico,  es el autor del libro "Defensa apasionada del idioma español", obra amena que engancha desde la primera página y cuya lectura debería ser obligatoria en todas las escuelas.

Podéis leer un extracto del libro aquí


jueves, 26 de marzo de 2015

Naomi Klein: "La naturaleza intenta decirnos que necesitamos un modelo económico radicalmente diferente"

 



La periodista presenta en España su último libro 'Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima' en un llamamiento para que los movimientos sociales y ecologista se unan para un "cambio radical" del actual sistema económico y político. 

"La naturaleza intenta decirnos que necesitamos un modelo económico radicalmente diferente". La periodista Naomi Klein venía avisando desde hace tiempo de los peligros del capitalismo salvaje y despiadado, pero ahora su fin parece precipitarse: el cambio climático, su consecuencia más amenazante, ha puesto fecha de caducidad a la maquinaria neoliberal.

"Hemos aplazado esta cuestión por tanto tiempo que nos encontramos en una situación en la que ya no existen soluciones que no sean radicales. No es demasiado tarde para impedirlo, pero es necesario un cambio radical de nuestro sistema económico y político y esto desafía la lógica del crecimiento, que está en el corazón de nuestro modelo económico", ha dicho la autora canadiense frente a una abarrotada sala del Círculo de Bellas Artes de Madrid durante una conferencia con motivo de su último libro.

'Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima' (Paidós, 2015) se ha gestado -según reconoce Klein- para dar respuesta a su anterior obra, 'La doctrina del Shock' (2007), que trataba de evidenciar cómo muchas de las políticas del libre mercado fueron introducidas aprovechando momentos de intensa transformación social, desastres y confusión. "Menos de un año después pudimos comprobar esta teoría con el hundimiento de Wall Street que serviría para lanzar políticas que de otro modo hubieran encontrado resistencia", ha afirmado la periodista.

Conscientes ahora de la capacidad de adoctrinamiento del sistema, toca buscar soluciones. "¿Cómo podemos crear una estrategia para responder, una doctrina del shock de la gente, que conteste a la crisis potenciando la democracia y construyendo un mundo más igualitario?", se preguntaba. La respuesta es el cambio climático o, en palabras de la autora, "la justicia del cambio climático", una crisis que "debe ser declarada desde abajo" para asegurar su efectividad. "El cambio climático es la contranarrativa más poderosa que tenemos frente al capitalismo".

Por eso, y ante todo, Naomi Klein hace un llamamiento para que los movimientos sociales y antiausteridad, "centrados en la lucha por la recuperación de las políticas sociales", no olviden la cuestión climática. 

"Europa era un ejemplo líder en la lucha contra el cambio climático y esto se ha sacrificado en aras de la recuperación económica. Si queremos combatir el cambio climático tenemos que desarrollar toda la esfera pública. Para reducir las emisiones es necesario que la gente recupere el control del sistema energético y regular a las multinacionales. Por eso cuando analizas los conflictos entre la lucha antiausteridad y los movimientos de justicia climática te das cuenta de que tienen que unirse. No tiene sentido que sigan caminos separados, porque cuando entramos en esa división asumimos la lógica de las élites de que el clima es un lujo".

Fuente: Público

viernes, 13 de diciembre de 2013

Cristina Fallarás, desahuciada y periodista: "La crisis nos ha dado una lección sobre la realidad"



Cristina Fallarás: "La crisis nos ha dado una lección sobre la realidad"

La periodista ofrece en su libro, 'A la puta calle', una pavorosa imagen de la destrucción de la clase media



Pasó de ser una profesional de éxito a la exclusión social en 4 años tras quedarse sin trabajo, sin casa y sin perspectivas. En 'A la puta calle' narra sin pudor su experiencia y ofrece una pavorosa imagen de la destrucción de la clase media

-Periodista, directiva de un periódico, colaboradora en distintos medios, escritora... ¿Podía imaginar que todo se iría al garete?

-Yo llevaba el proyecto de la redacción y la línea editorial del periódico ADN. Una vida muy cómoda. No podía imaginar lo que venía, ni yo, ni nadie. a mí me despidieron en 2008. Estaba entonces embarazada de ocho meses.

-Narra en su libro que el primer año lo llevó bien y creía que encontraría algo pronto...

-Sí. El primer año no tienes ni idea. Decían entonces que la crisis duraría hasta 2010. Yo, al quedarme sin trabajo, fui a ver a colegas de El Mundo, El País, la ser... a todos lados, pero ya empezaba a notarse la crisis.

-¿Cuándo le llega la certeza de que la cosa está muy mal?

-Mal de verdad, a final de 2009. Se me estaba acabando el finiquito; yo estaba haciendo cosas institucionales a piezas y no me daba para vivir. Además, hicieron los primeros ERE en la ser, El País... y tuve claro que en el periodismo la crisis iba a ser devastadora. Me refugié en las novelas. Escribí `Las niñas perdidas´ y `Últimos días en el Puesto del Este´, las presenté a concursos y gané con las dos, pero solo me sirvió para tapar la mitad de agujeros que tenía. Pronto empezaron a cortarnos la luz y a llegar las noti?caciones de desahucio por impago de la casa.

-Y decide escribir un libro con la experiencia de estos cuatro años hasta llegar al desahucio.

-Yo soy periodista de médula y pensé que si me encontrara este caso, lo contaría. ¿Por qué no aunque fuera mío? Tengo la ventaja de que me gusta anotar cosas en cuadernitos e hilé esos apuntes enuna narración.

-¿Cómo reaccionó su entorno al saber que la desahuciaban?

-Hubo gente de mi entorno que me decía que yo siempre había querido ser muy libre e insinuaban que me lo había buscado. Luego estaban los pobres. Yo era una intrusa en el mundo de los pobres. a mucha gente le da miedo y le perturba ver que también le ocurre a gente preparada o que ha sido un profesional de éxito antes. Yo quise dar voz y cara a ese otro sector.

-Da miedo ver que le puede ocurrir a cualquiera.

-Sí. La gente siempre hemos preferido pensar en el desahuciado con la cara del pobre de toda la vida. Yo creo que la gente no se rebela porque no se siente parte de los desahuciados. Yo noto que cuando hablo de mi caso, por ejemplo en entrevistas, la gente cercana a mí siente vergüenza, lo que me parece perfecto porque yo quiero perturbar un poco.

-¿Ha perdido amigos?

-No sé si pierdes amigos o ganas una sociopatía. Yo me he convertido en una sociópata. Las relaciones sociales me interesan poco. Ahora iría a los banquetes a mearme en la moqueta. Miras desde fuera y ves que lo que creíamos ser es una gilipollez mayor que la catedral de burgos. Éramos trabajadores y nos creíamos privilegiados porque en reyes comprábamos en Zara. Hemos perdido la identidad de grupo. No nos reconocemos como parte trabajadora.

-¿Le quedan esperanzas en que esto mejore?

-Me siento parte de una bolsa de exclusión social, no me siento trabajadora. Yo no tengo perspectivas. Cada vez que voy a una tertulia de televisión o lo que sea voy como a un circo donde hago de elefante y me dan el cacahuete, pero no tengo esperanzas laborales. No queda nada del periodismo de antes.

-¿Cómo afrontan sus hijos la falta de medios?

-La niña de cinco años ni se ha enterado. Mi hijo con 11 años se ha convertido en un chaval muy capaz de interpretar la realidad. Me da alegría. Ojalá yo hubiera sido así a su edad. Es lo único bueno de las crisis. Nos ha dado una cierta austeridad en las formas familiares, en el consumo, y una educación brutal sobre la realidad. Mi hijo pedía cromos de tres euros y me lo llevaba al mercado para que viera que con eso podíamos comer varios días.

-Dice sentir rabia y vergüenza. ¿Vergüenza, de qué?

-Vergüenza de lo que hemos sido, de la frivolidad, de aquello que creímos ser de forma imbécil e inculta.

-¿Qué ha pretendido al escribir `A la puta calle´?

-Ganar dinero. me lo pidió Planeta y con él intenté sacar algo de dinero, al tiempo que ponía cara a un tipo de desahucio distinto.

Fuente: La Nueva España

viernes, 17 de mayo de 2013

Robert Skidelsky, escritor y economista, biógrafo de Keynes : “Es perverso y estúpido permitir que el 27% de la sociedad esté en paro”



El biógrafo por excelencia de John Maynard Keynes comparte con el economista la filosofía general sobre la vida y sobre la economía

Entrevista de Alicia González en  El País


Robert Skidelsky (Manchuria, China, 1939) es mucho más que el biógrafo por excelencia del economista John Maynard Keynes. Es un gran humanista que no ha perdido un ápice de curiosidad. Cuando la grabadora se apaga, pregunta sobre la situación de España, cómo lo está haciendo el gobierno y el papel de la Iglesia en la crisis. “En Reino Unido, la iglesia ha recuperado mucha autoridad moral con esta crisis. Ha criticado con dureza al gobierno por permitir que el desempleo escalara de forma imparable y lo cierto es que necesitamos recuperar referentes morales y ahí la Iglesia puede desempeñar un papel muy importante. ¿Ha pasado lo mismo en España?”, pregunta sin doblez.

Skidelsky ha venido a Madrid a promocionar su principal obra, que publica RBA. 1.366 páginas en las que condensa la esencia de uno de los economistas más brillantes e influyentes de la historia, con quien comparte, según sus propias palabras, la filosofía general sobre la vida y sobre la economía. “Al conocerle tan bien como le conozco el reto es imaginar cómo él habría cambiado en este tiempo y cómo lo habrían hecho sus ideas, dadas las circunstancias”. Lamentablemente, algunas cosas no han cambiado tanto y Skidelsky hace suyos los postulados de Keynes.

“Admiro mucho su humanidad y su indignación contra las mentiras políticas porque creía firmemente que los políticos debían decir la verdad a la gente. Y, por encima de todo, su ira contra el desempleo. Aseguraba que era tan perverso como estúpido permitir que hubiera desempleo. Y creo que es verdad. Creo que es perverso que el gobierno español permita que el 27% de su población esté desempleada y es perverso que el 50% de los jóvenes no tenga empleo. Y es también estúpido porque no hay necesidad de que así sea”, concluye.

La gran hazaña de Skidelsky fue separar al mito de la persona real, en un momento en el que las biografías ignoraban la vida privada de los personajes. Con Keynes, si cabe, es aún más difícil separar al economista de la persona, sostiene el profesor de la Universidad de Warwick. “Sus ideas económicas eran parte de cómo él veía la vida. Keynes no admiraba a muchos economistas y sí le gustaban mucho más los artistas y los filósofos. Tampoco tuvo amigos íntimos, uno o dos como mucho”. Keynes formó parte del grupo de Bloomsbury, integrado por artistas como Duncan Grant o escritores como Virginia Woolf, que marcaron su forma de ver la vida y, en buena medida, el resto de su obra. “Para él, lo importante era la belleza, la amistad, el conocimiento. Eran el estado mental al que todos debíamos aspirar. Y la economía solo era un medio para alcanzarlo, no era una meta en sí misma. Y una vez conseguido el entorno que lo permitía, instrumentos como la eficiencia, el gasto o el pleno empleo dejaban de ser importantes”.

Esas circunstancias han quedado reflejadas en su biografía, donde desveló la homosexualidad del economista británico y que ahora han suscitado una polémica académica con el historiador Niall Ferguson.

En una reciente conferencia, Ferguson atribuyó la defensa del gasto público de Keynes a su homosexualidad y su falta de descendencia. Tuvo que disculparse al día siguiente. Skidelsky es sutil pero implacable en la crítica. “El problema de esa argumentación es la explicación, que se busque la justificación de una circunstancia con otra”. Y añade: “Ahora es más difícil hacer el trabajo de investigación, hay más distracciones mediáticas. Cuando algún investigador destaca en un campo o tiene una personalidad interesante, los medios suelen hacer de ellos estrellas mediáticas y acaban abandonando su investigación. Algo así es lo que le ha pasado a Niall Ferguson, que escribió muy buenos libros hace 20 años pero que ahora se ha entregado a los medios de comunicación y su trabajo se resiente”.

Con el tiempo, la izquierda ideológica ha sido la gran abanderada del legado del keynesianismo, aunque él nunca se declaró como tal. “Quizás sus ideas hayan sido reivindicadas por el centro izquierda pero estaban mucho más en el centro y él se identificó durante la mayor parte de su vida con el Partido Liberal [ahora en coalición con el gobierno del conservador David Cameron]. Una vez John Maynard Keynes dijo que era el trabajo del Partido Liberal propiciar ministros al Partido Laborista e ideas al Partido Conservador. De alguna forma, él donde quería estar era en el centro”, defiende Skidelsky.

El keynesianismo, como tal, fue denostado durante años, y solo la mayor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión lo devolvió al primer plano de la actualidad e hizo aflorar a sus adeptos. “Ya lo dijo Robert Lucas \[economista de la escuela de Chicago\]. Cuando estamos metidos en la trinchera, todos somos keynesianos. Es instintivo, pura supervivencia política. Pero tan pronto como se consigue sacar un poco la cabeza de ahí, los viejos hábitos y las posiciones ideológicas se imponen. Y la derecha quiere reducir el Estado a toda costa”, aclara Skidelsky.

El biógrafo de Keynes entiende que la sociedad mire al pasado en busca de respuestas porque “la gente ha perdido mucha fe en los economistas, que dieron una cierta bendición al sistema financiero y crediticio. Pero creo que la macroeconomía, que es la ciencia del gobierno, está en un callejón sin salida, todas sus teorías han sido destrozadas y se encuentra en serios apuros”. Y sin macroeconomía, asegura, la acción de gobierno se resiente. “Cuando las cosas van bien, la gente no se preocupa por la economía, solo espera que todo siga funcionando”.

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